Dada la
situación de inactividad a que estamos obligados la mayoría de la población,
debemos procurar que nuestros estados de ánimos sean funcionales a sortear este
momento de la mejor manera posible. Yo creo, que practicar el agradecimiento
todos los días, tomándonos 3 a 5 minutos para reflexionar y Agradecer, es un
camino que nos va a fortalecer inmensamente y cargar de energía, para transitar
lo mejor posible, el día después del día después.
Transcribo
algunos conceptos de Oscar Anzorena en su libro “Maestría Personal”.
Comienza
citando 2 estrofas de la canción de Violeta Parra “Gracias a la vida”, que
seguramente todos hemos de recordar en la voz de Mercedes Sosa.
Gracias a la
vida, que me ha dado tanto.
Me dio dos
luceros, que cuando los abro,
Perfecto distingo
lo negro de lo blanco,
Y en el alto
cielo su fondo estrellado,
Y en las
multitudes el hombre que yo amo.
Gracias a la
vida, que me ha dado tanto.
Me ha dado
la risa, y me ha dado el llanto.
Así yo
distingo dicha de quebranto,
Los dos
materiales que forman mi canto,
Y el canto
de ustedes que es el mismo canto.
Mirar hacia
atrás con gratitud implica reconocer todo lo maravilloso que nos dio la vida:
las gracias, los dones, los atributos que poseemos, las familias que hemos
formado y amigos que tenemos, las personas que amamos y nos amaron, los seres
extraordinarios que tuvimos oportunidad de conocer y los momentos felices que
pudimos disfrutar.
La gratitud
es una actitud de vida. Es por esto que la canción de Violeta Parra agradece
tanto a la risa como el llanto porque ambos nos permiten desarrollarnos como
personas.
La gratitud
nos lleva a focalizarnos en los aspectos positivos de la vida y a valorar todo
lo bueno y agradable que tuvimos y tenemos, pero también a darle un especial
significado a aquellas circunstancias tristes y dolorosas, y entenderlas como
momentos de crecimiento y aprendizaje.
Así llegamos
a este momento tan difícil de pandemia global, que nos afecta a todos, donde
estamos llenos de interrogantes de como seguirá la vida y la actividad laboral
el día después y a la vez, procurando que estas circunstancias sean una nueva
oportunidad de aprendizaje y de crecimiento personal.
Según un
artículo de La Nación, estudios publicados por la facultad de medicina de la
Universidad de Harvard (a los norteamericanos les encanta tratar de medir
todo), dicen que los individuos que practican la gratitud tienen vidas más
felices, son más optimistas, tienen niveles de tensión más bajos y mejor salud
en general. Asumamos que puede ser verdad.
Es así como en estos momentos donde la era VICA se expresa en toda su dimensión (Volátil, Incierta, Compleja y Ambigua) todo indica que la gratitud nos ayudará a sobrellevar mejor esta inédita situación.
Para hacer
algún tipo de comparación, y ser conscientes que estos problemas de salud
pública seguirán aquejando a la humanidad, recuerdo nítidamente cuando éramos
chicos, aproximadamente en el verano del 56 o del 57, hubo una gran epidemia de
poliomielitis en el Río de la Plata, y las clases no comenzaron a principios de
Marzo, sino a fines de Abril, para evitar la conglomeración de los niños
sobretodo. Nosotros en esa época, veraneábamos en el balneario de Atlántida, a
45 kms de Montevideo, Uruguay y nos vimos forzados a seguir de veraneo, porque
las vacaciones se extendieron más de un mes. Recién algunos años más tarde, los
científicos Jonas Salk y Albert Sabin, descubrieron la vacuna contra la polio y
recién entonces la humanidad pudo superar esa epidemia de larga data. Como
anécdota curiosa, recuerdo que en el colegio, dos años después aprox. nos dieron la vacuna contra la polio, en
horarios de clase y dentro de un terroncito de azúcar.